¡Ea! Pues ya he sacado algo de tiempo para explicaros nuestra estancia en Punta Cana.
Salimos del aeropuerto de Sevilla a eso de las 10:30 de la mañana del 24 de Agosto. Además de nuestras maletas, llevábamos gran nerviosismo en el cuerpo y en el corazón.
Nuestras maletas estilo "bocaillo" de mortadela.
Llegamos a Madrid (T4) una hora después y allí entre que recogimos las maletas, buscamos el sitio para facturar, esperando su correspondiente cola, y fuimos a la terminal 4 s, nos quedó sólo 30 min. para comer y embarcar en el avión que nos llevaría a nuestro destino, Punta Cana.
Nuestros mostradores para facturar...
... y nuestro avión.
Después de casi 9 horas en avión (se hizo demasiado pesado), Punta Cana nos recibió con unas nubes un tanto desoladoras, incluso al bajar del avión nos cayó una débil lluvia. Yo sabía que casi todos los días nos iba a llover, pero al final nos libramos, exceptuando la noche que llegamos, todos los días con buen tiempo.
Llegada a Punta Cana.
Aeropuerto de Punta Cana.
Nada más bajar del avión varias gotas de sudor que se unían al chaparroncillo que caía en ese momento, nos salía por todas partes, allí la humedad es de 80-90% y aunque su temperatura era de max. 31 º C y de mínima 20ºC, la sensación térmica era de mucho más.
Del aeropuerto nos transportaron en autobús hasta el hotel donde llegamos ya casi de noche.
El hotel, el Riu Naiboa, bien, un 4 estrellas que aquí en España sería un 3 estrellas alto. Tenía sus carencias, sus desconchones y manchas de humedad, pero yo en mi habitación descansaba cuando llegaba a dormir, vamos las necesidades que pueda tener un ser humano, las cumplía con creces. Eso sí, todo muy, muy limpio.
La habitación muy fresquita, con aire acondicionado y ventilador incluidos.
Después de intalarnos en la habitación, nos dirigimos a cenar en el buffet y depués a tomarnos nuestras primeras copas-cockteles en el bar exterior del hotel, allí empezamos a probar los piña coladas, Doctor Funk, daiquiris…
Nos dirigimos a dar un paseito a la playa que obviamente no vimos nada porque era de noche así que entramos en el bar exterior del hotel de al lado a tomarnos otra copita. Allí nos encontramos con la otra pareja, que había ido un día antes que nosotros, Andrés y Raquel.
Mi mujer y su piña colada.
Ese día terminó con la sobada del siglo. Después de más de 24 horas sin dormir, caímos en la cama redondos.
Continuará…